Muchos dicen que no hace falta ser de la misma sangre o especie para sentirse familia. Así lo demostró un adorable perro, que expresa sus sentimientos hacia los nuevos miembros de su familia, aunque sean diferentes a él. Hammie es el protagonista de esta historia, un bulldog de un año de edad que vive con su dueño, Michelle Parden, en Lincoln, Nebraska. El año pasado, Parden adoptó a una gatita embarazada llamada “Mommy”, que presentaba problemas respiratorios y daños en un ojo.
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